QUINARIO A NTRO. PADRE JESÚS DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO - DÍA IV


ORACIÓN INICIAL: Padre de misericordia y Señor de todo consuelo: como somos débiles en el amor e imperfectos en la virtud, danos consuelo, líbranos de las malas pasiones para hacernos aptos para amaros, fuertes ante el dolor y constantes en la fe. Danos Señor perseverancia en este Quinario al Señor de la Oración en el Huerto.

DÍA IV

La aparición del Ángel en la Oración del Huerto
“Puesto de rodillas oraba: "Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad sino la tuya".Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba.” (Lucas 22, 39-46)

MEDITACIÓN: Dios Padre considera la desamparada agonía de su Hijo que se mantiene en oración y envía un ángel mensajero que lo conforta. El ángel habla a Jesús con reverencia y semblante compasivo. Muestra la voluntad del Padre de que bebiese aquel cáliz para remedio del mundo. Gracias, Dios Padre, por el apoyo del ángel en los momentos difíciles.

ORACIÓN A JESÚS DE LA ORACIÓN DEL HUERTO
· Santísimo Jesús, por la soledad y desamparo que sufriste en la Oración de Huerto, ten compasión de mí
Padrenuestro...
· Santísimo Jesús, por la tristeza y agonía que padeciste en la Oración del Huerto, ten misericordia de mí
Padrenuestro...
· Santísimo Jesús, por el sudor de sangre que tuviste en la Oración del Huerto, danos la paz.
Padrenuestro...


EVANGELIO. Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.»
Palabra del Señor .