ANTOLOGÍA POÉTICA: Pedro J. Maestre en el Pregón de Semana Santa de 1995

En 1995, 2 de abril, el cofrade N.H.D. Pedro J. Maestre Amoscotegui de Saavedra, que fuera Hermano Mayor de la Hermandad del Perdón, ofreció su Pregón de la Semana Santa alcalareña. De su texto extraemos los capítulos dedicados a nuestra Hermandad.

Y la Procesión camina en Cristo y con María porque así es la vida cristiana. Y al corazón del pregonero vuelve cada Domingo de Ramos el recuerdo de su infancia, los años de su educación básica en el Colegio Salesiano, amparados por la tierna mirada de la Madre Auxiliadora y por San Juan Bosco que siempre nos enseñaba a dar un paso firme en la vida y a ser buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Todo un recuerdo imborrable. Las clases, nuestros educadores, los patios de arriba y de abajo, los juegos y las olimpiadas, el oratorio. Todo fruto de la Familia Salesiana que también nos enseñó a mantener siempre viva la simbiosis Alumno-Hermandad, y a orar junto a la Virgen del Rosario, junto a ella que es blanca y celestial azucena, mirada maternal que se escapa hacia todos sin saber si llora o nos sonríe, bonita porque así la hizo la gubia de Paz Vélez, Reina del Santo Rosario y Madre de la divina gracia.

Y cada Domingo de Ramos el nazareno del Rosario viste la túnica de su Hermandad. Túnica siempre llena de recuerdos con olor a incienso salesiano que ha quedado impregnado sobre su hábito penitencial, y sobre el antifaz donde llevará oculta la penitencia y el sacrificio.

En el interior de la capilla espera Jesús, orando al Padre y confortado por un ángel de la corte celestial que sostiene entre sus manos un cáliz y una cruz. Comienza a salir de la capilla salesiana los primeros hermanos penitentes con rosario en mano, que irán abriendo el camino de la oración. La oración es fundamental en la vida de todo cristiano y por consiguiente en el camino penitencial. Por ello Señor déjanos entrar contigo en Getsemaní, para encontrar el huerto de meditación, el huerto para dialogar contigo, el huerto donde se cultive la semilla de nuestro amor. Haznos Discípulos tuyos y enséñanos a no quedarnos dormidos cuando Tú más nos necesitas, porque cerrar los ojos ante las necesidades del mundo es fácil, lo difícil es mantenerlos abiertos, porque nuestro espíritu a veces está dispuesto pero nuestra carne es débil y fallamos. Que estemos siempre dispuestos y preparados para cuando Tú alces el llamador como el mejor capataz para llamar a nuestro corazón. Y que cuando llames Señor, tengamos el costal preparado y la faja ceñida a la cintura para caminar junto a Ti en la oración. Así uniremos nuestro esfuerzo bajo la trabajadera que será el yugo suave que cargue con tu Divino Amor por nuestras calles. Rezaremos por toda Alcalá, por nuestras hermandades para que sean las cuentas del Rosario de la Virgen, unidas unas a otras en los días de dolor, de gozo y de de gloria. Unidas en comunión como los rosarios con los varales de su palio, que se mecen besando el aire de la soleada y luminosa tarde del Domingo de Ramos.

María del Rosario
letanía salesiana
causa de nuestra alegría
y estrella de la mañana.

Rosa mística de la gracia
Rosario para la Oración
arca de la nueva alianza
vaso insigne de devoción.

Consuelo del afligido
por tanto dolor humano
salud de los enfermos
y auxilio de los cristianos.

Casa de oro y Madre amable
del que llega a Ti con su oración
de Alcalá Madre admirable
Sagrario eterno del Redentor.
Virgen clemente y poderosa

hermosa y sin pecado original
Madre del Santo Rosario
y reina Salesiana de la paz.


La luz del cirio ya está encendida alumbrando la noche del Domingo de Ramos. La Hermandad Salesiana procesiona por calles llenas de añoranza y cargadas de años en la historia de la ciudad, hasta llegar al Paraíso y buscar la calle Sol, para desembocar por Sor Emilia y llegar lasta la misma puerta de la Residencia de Ancianos la Milagrosa.

Allí esperan los ancianos encontrarse frente a frente con el Cristo Orante y la Virgen del Rosario. Ellos esperan, como esperan cada día la llegada de almas samaritanas que los animen en su soledad. Ellos que lo dieron todo sin esperar nada a cambio porque ese es el verdadero amor, y en la luz de los brazos de la Virgen Milagrosa encontraron las manos de las Hijas de la Caridad para velar por sus vidas.

Ante la puerta de la Residencia, parará el paso de la Oración en el Huerto y más tarde el de la Virgen que como blanca azucena, dejará todo el perfume de su palio y todo el amor de su hermandad, a estos hijos de Dios arropados por la Santa Caridad de las Hijas de San Vicente de Paul.


Madre del Rosario, acoge las oraciones de estos hijos tuyos para llevarlas al huerto de los olivos donde Jesús ora al Padre: Si es posible, que pase de mí este cáliz, más se haga siempre tu voluntad y no la mía. Arropa bajo el amor de tu manto, las oraciones que se escapan de sus labios como versos de letanías ante Tu Divina presencia.

Y discurre la procesión, y la cera de la candelería anuncia el fin del Domingo de Ramos, y la virgen en la noche parece aún llorar más como si en Ella hubiese surgido un presentimiento de lo que ha de ocurrir. Y en su corazón guarda todas las oraciones y plegarias de los que la contemplan, alejándose entre la multitud y perfumada por el olor del azahar que desprenden los naranjos de La Plazuela. El humo del incienso flotará en el aire y quedará impregnado en las puertas de la Capilla Salesiana, aguardando la fresca mañana otoñal en la que de nuevo Alcalá estará junto a Ella rezando el Rosario de la Aurora.

Campanas Salesianas
tocad desde el campanario
a la Celestial Señora
al Divino Relicario
a la Madre Auxiliadora
que es mi Virgen del Rosario.