ANTOLOGÍA POÉTICA. Ángel Gutiérrez en el Pregón de Semana Santa de 1996

En 1996 el abogado alcalareño Angel Gutiérrez Oliveros dedicó estas palabras en su pregón de Semana Santa celebrado en el Teatro Gutiérrez de Alba.

POR EL ROSARIO A LA ORACION


Bajo el sol rechinante de la media tarde del Domingo, el Señor ora en el Huerto que mece las ramas donosas de su olivo al andar poderoso del barco salesiano.
En ese arrodillamiento de Jesús buscando al Padre entre el celeste translúcido del Domingo de Palmas, se halla el testimonio del valor cimero que la Oración debe poseer en la vida del cofrade.
Oración para impetrar, cuando no nos queda otra ancla que la Fe o para agradecer la gracia recibida; oración para santificar las fiestas o meditar ante los santos evangelios, pero también oración cotidiana de entrega y compromiso con el prójimo.
Pero, sobre todo, es oración la coherencia en nuestra vida. Por eso, hemos de saber que el cofrade es primero cristiano y como tal ha de desenvolverse en el mundo, si es su voluntad la pertenencia a alguna de nuestras corporaciones. Si no es así, doloroso es decirlo, estará perdiendo el tiempo y fomentando el contrasentido.
Con esa oración se llega al Padre orante en el Getsemaní alcalareño de la callejuela del Carmen, cuando un torrente incontenible de ansiedad cruje de impaciencia por ver la Cruz de Guía y los primeros nazarenos de la alegre cofradía salesiana que cada año nos traen la Buena nueva de la Semana Santa.

¡Qué bonita cofradía
la de la Oración del Huerto
con el merino en las capas
y los antifaces negros!
 ¡Qué bonita cofradía
cuando se acerca el Misterio,
cuando el cimbre del olivo
besa las jambas del templo
y la tarde se detiene
solamente para verlo!
¡Qué bonita
cuando el sol
reverbera en el Barrero
sobre la augusta caoba
de su canasto soberbio
y sus reflejos dorados
bajan los deslizaderos
para mirarse en la Luz
que ilumina el Universo,
cuando baja por la Cuesta
del Rosario entre silencios,
cuando se detiene el paso
al llegar a los abuelos
y la emoción va escalando
por el hondón de los cuerpos!
¡Qué boni ta cuando empieza
a destellar el lucero
en esa revirá eterna .
-aguantando los costeros-
de la Cañá a Santa Clara
entre monásticos ecos!
¡Qué bonita con la noche
cuando a Dios abruma el miedo
y busca al Padre en la altura
y le suplica diciendo:
Padre, pase de Mi el cáliz,
que Yo no quiero beberlo,
mas si esa es tu voluntad,

hágase así, Padre bueno ,
y suda gotas de sangre ,
de angustia y de desconsuelo,
cuando el ángel le conforta
y las hélices del viento
mueven el Getsemaní
del olivo del Misterio
mientras duermen los discípulos
y Jesús vela su sueño!
¡Qué bonita cofradía
y qué bonito misterio
el de Jesús implorante
en su Oración en el Huerto!

La oración desemboca necesariamente en el Rosario, que es la forma natural de invocar a María.
Por el Rosario a María. Por el Rosario que amanece cada Octubre, cuando en procesión matutina rayas el alba con tu candor glorioso; por el rosario que tintinea en tus varales, cuando el sol penetra inverosímilmente por las mallas de tu palio argentino, solo por verte la cara y embobarse en tu lindeza; por el rosario que desgrana en tu honor misterios de rosas y alabanzas al soñarte, Ampo de la blancura inmaculada, Paloma de la gracia y el primor, peregrina Doncella de la dulzura suma y Sol en mediodia que apagas al que quiere mirarse en tu hermosura
Hay un Sol en el Domingo
de las Palmas y los Ramos,
un Sol que brilla y re brilla
y va vestida de blanco;
un Sol que tiene la cara,
como esculpida con nardos
con cinceles sedalinos
y buriles de alabastro.
Hay un Sol en el Domingo
que amanece tan temprano
que nunca jamás se apaga
y que está siempre alumbrando;
un Sol que tiene los dedos
de oraciones perfumados
de engarzárseles las cuentas
que su voz va desgranando;
un Sol que es Luz de las almas
y es Ancora del milagro
y Trémolo de la salve
que Alcalá le va rezando;
un Sol que es Viento de sierra
y que es Frescor de los prados,
Nieve viva derretida
que en Agua se va tornando
para que beba el sediento
entre un rumor de rosarios;.
un Sol que es Espuma blanca
y en su pecho va bordando
caracolas salineras
de pesares y quebrantos;
un Sol que es Miel y es Espiga
y Marfil para su encanto,
Trono de sabiduría
y Espejo para mirarlos
y Alcázar de caramelo
que la Fe nos va endulzando
y Alba clara en ese Octubre
que se deshace en sus labios
y en sus ojos que madrugan,
mientras despunta violáceo
el firmamento que quiere
arrodillarse a su paso
y saltan por las esquinas
avemarías soñando...
Hay un Sol en el Domingo
de las Palmas y los Ramos,
un Sol que ciega encendido
en el Carmen salesiano,
!Dominica alcalareña!
!!Azucena del Rosario!!