EL SACERDOTE ALCALAREÑO ADRIÁN SANABRIA, VICARIO EPISCOPAL DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

El arzobispo de Sevilla, mons. Juan José Asenjo Pelegrina, ha nombrado al sacerdote alcalareño Adrián Sanabria Mejido vicario episcopal para la Nueva Evangelización, responsabilidad pastoral que se crea respondiendo a la apremiante llamada del Papa Benedicto XVI a la Nueva Evangelización y con motivo del Año de la Fe, que se celebrará en toda la Iglesia entre el 11 de octubre de 2012 y el 24 de noviembre de 2013 coincidiendo con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y el vigésimo aniversario de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica.

La Hermandad felicita al querido sacerdote por su nombramiento, rogando a Nuestros Titulares su guía en tan difícil ministerio

Adrián Sanabria es natural de Alcalá de Guadaira y fue ordenado sacerdote en la Catedral de Sevilla el 19 de septiembre de 1999. En la actualidad es párroco de Santa María en Carmona y capellán de la comunidad de las Hermanas de la Cruz de la citada localidad.

El nuevo vicario, que realizará su trabajo en estrecha comunión con el arzobispo y su Consejo Episcopal, tendrá entre sus cometidos la profundización en el sentido teológico y pastoral de la Nueva Evangelización, la promoción de nuevas iniciativas pastorales y la animación de las comunidades eclesiales en esta línea.

Toda la actividad pastoral del próximo curso en la Archidiócesis va a girar en torno al Año de la Fe, una iniciativa del Papa con la que se pretende “ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo”.

En el planteamiento inicial de esta nueva Vicaría Episcopal se destaca la necesidad de revitalizar la fe de las comunidades cristianas de Sevilla, reconociendo la vitalidad de la muy activa piedad popular, particularmente mariana, en multitud de hermandades y cofradías. No obstante, se advierte el riesgo de que este patrimonio moral y espiritual se vea debilitado y desnaturalizado por la presión secularizadora. En esta línea se percibe “cierto cansancio, descuido o rutina en la vida pastoral, que se traduce en ocasiones en una atención pastoral dirigida sólo a los católicos practicantes con menoscabo de la pastoral misionera”. Por ello, la nueva Vicaría tendrá como tarea “impulsar el espíritu misionero, de manera que se sienta la urgencia de salir a las afueras en busca de los que nunca estuvieron en la Iglesia y de aquellos que la han abandonado, para ofrecerles también el don inestimable de la fe”.