TRIDUO A MARÍA SANTÍSIMA DEL ROSARIO - DÍA II

“María junto a la Cruz del Señor”
REZO DEL SANTO ROSARIO:  Misterios Dolorosos

INVOCACIÓN: Oh Virgen Santísima del Rosario: Hoy los hermanos de Nuestra Hermandad venimos hasta ti porque queremos amarte y sentirte como Madre de verdad. Siendo verdadera madre de Jesús, lo eres, también, de nosotros.El te entregó desde la cruz para ser madre de todos. Con el Rosario intentamos ofrecerte nuestro mejor homenaje. Haznos descubrir en este triduo que el rosario es la oración del Evangelio. Y que tu amor de madre se deje sentir sobre todo el mundo y nosotros, que te rezamos y acudimos a ti. Tú, la obra maestra de la redención.Tu, la alegre esclava del Señor.Tu, nuestra verdadera Madre.Tu, la madre de Dios.
T/ AMEN


DÍA II
El Rosario es oración de la Paz
Al rezar el rosario construimos la paz. La paz es un don de Dios y nace del corazón. Desde toda la tierra se levanta un fuerte y sincero clamor implorando la paz. Por ser la paz un don de Dios, se la pedimos con María para que como buen padre nos la conceda.

PETICIONES
D/ Tú que eres Auxiliadora de los Cristianos y concebiste en tu seno a Jesucristo, príncipe de la paz, haznos pacíficos para que olvidemos el odio y la lucha.
T/ Virgen del Rosario, ruega por nosotros.
D/ Tú que eres Madre Dolorosa y te mantuviste fuerte en pie, junto a la cruz eligiendo la no violencia al ver morir a tu Hijo, concédenos poner amor donde haya odio, y misericordia donde haya ofensa y discordia.
T/ Virgen del Rosario, ruega por nosotros.
D/ Tú que eres la Reina de la Paz, haz de cada uno de nosotros instrumentos vivos y constructores de la paz, en el mundo actual, devolviendo siempre bien por mal.
T/ Virgen del rosario, ruega por nosotros.

EVANGELIO. Jn 19, 25-27
Lectura del Santo Evangelio según San Juan
En aquel tiempo, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y Maria, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
-«Mujer, ahí tienes a tu hijo.»
Luego, dijo al discípulo:
-«Ahí tienes a tu madre.»
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor