SAN JUAN EVANGELISTA

Hoy 27 de diciembre la Iglesia celebra la festividad de San Juan Evangelista. Nuestra Hermandad ya dispone de la imagen del Discípulo Amado para el paso de misterio, obra del imaginero sevillano D. Salvador Madroñal.

Esperamos con ilusión la bendición de esta talla que recogerá, sin duda, la devoción de nuestros hermanos, y muy especialmente de los más jóvenes, por ser reconocido este santo como patrón de la juventud cofrade.

San Juan Evangelista es un santo muy presente en nuestra Hermandad. Como curiosidad, procesiona dos veces en nuestro paso de Cristo pues además de la imagen dormida junto al olivo, aparece también en la cartela de una de las esquinas traseras del paso, que representan a los cuatro evangelistas. Aún posee nuestra Hermandad otras dos representaciones: el Evangelista tallado por Paz Vélez en el último cuerpo del retablo y la pequeña imagen realizada en plata que sirve como remate del banderín de juventud

BIOGRAFÍA.
Juan, llamado el Evangelista, y en hebreo יוחנן Yohanan, 'el Señor es misericordioso'. Murió en Patmos en torno al 110 d.C. Fue un escritor místico del cristianismo primitivo al que la tradición considera autor del cuarto Evangelio y de otros escritos como el Apocalipsis y tres cartas.

Juan es, de los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento, el más poético y conceptual.

A lo largo del Evangelio debió asistir como testigo junto a sus compañeros a las enseñanzas y milagros de Jesús, pero cobra un especial protagonismo en los relatos de la Pasión, especialmente en la última Cena (Jn 13,23), la Oración del Huerto, el camino del Calvario, al pie de la Cruz (Jn 21,24) o en el entierro de Cristo. 

Ireneo de Lyon cuenta que Juan, después del martirio de Pedro y Pablo, se estableció en Éfeso. La tradición nos dice que fue llevado a Roma, y el emperador Domiciano ordenó quemarlo con aceite caliente. No se le considera como un apóstol mártir según la tradición. Se salvó del martirio y fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis. Fue maestro de Policarpo de Esmirna. A la muerte de Domiciano Juan regresó a Éfeso, donde escribió el resto de sus escritos y murió.