EL ROSARIO EN EL RECUERDO: AQUEL ALTAR DEL CORPUS DE 1991

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Al caer la tarde del 30 de mayo de 1991 se celebraba en la Parroquia de Santiago la Función con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi. A las ocho y media de la tarde, con las calles alfombradas de juncia, salía la Procesión Sacramental por última vez al atardecer del Jueves. En 1992 saldría al amanecer del Domingo siguiente, atendiendo a las indicaciones eclesiásticas que pusieron fin al privilegio secular de esta tradición alcalareña.

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Aquel año, a nuestra Hermandad le correspondió levantar el Altar del Corpus del Consejo. Nuestra Hermandad lo montó en varias ocasiones, incluso con el Ángel de nuestro misterio, convirtiéndose así en los antecedentes del actual altar, que se viene levantando ininterrumpidamente desde hace más de una década, a pesar de la lluvia o la coincidencia con el Domingo de Feria.
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El altar del Consejo de Hermandades y Cofradías de Alcalá era cada año levantado por una Hermandad distinta dentro de un turno rotatorio que terminó en torno al 2000, ya que por entonces comenzaron a multiplicarse los altares levantados por otras hermandades como Águila, Borriquita, Jesús Nazareno, o la nuestra, lo que le dio a la celebración mayor auge y un nuevo impulso a la participación de las Hermandades
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Se colocaba en el antiguo Parvulario de Hijas de la Caridad, de la calle Ntra. Sra. del Águila, que hoy es residencia de monjas mayores. Precisamente en el balcón aparecen algunas de las hermanas que por entonces aún enseñaban las primeras letras a niños alcalareños. Entre ellas reconocemos a Sor Catalina Bautista y a Sor Consuelo, que arrojan pétalos de flores en honor del Santísimo.
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Delante de un cortinaje de terciopelo rojo cedido por la Hermandad de la Amargura, el altar levantado por nuestra Hermandad estaba presidido por una imagen de la Inmaculada procedente de la fábrica de Olot, que por aquellos años se encontraba en nuestra Casa de Hermandad cedida por la Casa Salesiana años antes. Tras presidir el altar, la Casa Salesiana recuperó la imagen de la Virgen, alterando su policromía y pasando al presbiterio de la Capilla donde ha permanecido hasta breves fechas. Hoy se encuentra en el recibidor del Colegio.
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Se componía el altar con el antiguo retablo de la Virgen de Fátima que había hecho Pineda Calderón para la Parroquia de San Sebastián, situándose entre las Capillas del Dulce Nombre y Ánimas (Hdad. de la Amargura) y que ya había sido retirado y desmembrado. Algunas de sus partes se utilizaban para este altar, y aún se conservan. El banco del retablo es la llamada peana “de caramelo” que forma parte del gran altar de cultos de la Hermandad del Dulce Nombre y que debe su nombre al hermoso color utilizado para imitar el mármol. La mesa de altar permaneció durante muchos años en la Capilla de los Dolores de la Hermandad del Cautivo desde donde era trasladada en las fechas del Corpus, pero en la actualidad se luce en la Parroquia de San Agustín bajo la vitrina del Simpecado de la Hermandad del Rocío.
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Sobre la mesa de altar se colocó un antiguo expositor de madera tallada y dorada que pertenece a la Hermandad del Dulce Nombre, y que tras su restauración se utiliza hoy en su altar de los cultos de Mayo. Completaban el altar ocho candeleros de nuestro paso de palio con cirios blancos y cuatro de sus jarras, exornadas con claveles blancos y espigas de trigo propias de la festividad. Y aunque no aparecen en la fotografía, cuentan los hermanos antiguos de la Hermandad que el exorno se completó con macetas de aspidistras cedidas por la familia Mallado Rodríguez, que las cultivaba en el patio de la casa de la Plaza del Cabildo.
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Al alcanzar el Altar, el cortejo se detenía y el Santísimo era colocado en él para rezar unas oraciones y bendecir al pueblo. En ese momento flanqueaban el altar los estandartes de todas las Hermandades, como se aprecia en el lado izquierdo de la fotografía, donde aparece el estandarte de nuestra Hermandad. En aquel entonces nuestra Insignia principal lucía sus bordados renovados y recién pasados del terciopelo azul real en que se encontraban al tisú de plata originario, estrenándose con motivo de las celebraciones del XXV aniversario fundacional del año anterior.
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La calidad de la fotografía no es muy buena ya que está extraída del recorte del periódico Alcalá/Semanal publicado en aquellas fechas, pero nos sirve como recuerdo de aquel altar. La fotografía pertenece a un extenso reportaje que recuerda el último Corpus vespertino y que aparece en el número del boletín Calvario de mayo de 2009, editado por la Hermandad Sacramental de Jesús Nazareno con motivo de las próximas Festividades del Corpus. Agradecemos su colaboración a José María Márquez que nos ha hecho llegar amablemente este documento para la historia de nuestra Hermandad

30-5-2009