III DOMINGO DE ADVIENTO

En este tercer domingo de Adviento (ciclo C)  la Palabra de Dios recoge el siguiente pasaje evangélico.

Evangelio según san Lucas (3,10-18):

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: «¿Entonces, qué hacemos?»
Él contestó: «El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.»


Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: «No exijáis más de lo establecido.»
Unos militares le preguntaron: «¿Qué hacemos nosotros?»
Él les contestó: «No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga.»
El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.»
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio.


Palabra del Señor



Este III Domingo de Adviento, también se le conoce como DOMINICA GAUDETE. Los rigores de la penitencia en los tiempos litúrgicos que la Iglesia celebra en el año -Adviento y Cuaresma-, quedan suavizados en dos domingos del año muy particulares. Son exactamente el III Domingo de Adviento, llamado Domingo Gaudete, y el IV Domingo de Cuaresma llamado Domingo Laetare. Gaudete es el imperativo del verbo latino “gaudeo” que significa gozar íntimamente, complacerse en algo. Por tanto “gaudete” significa regocijaos. Regocijo en Adviento porque pronto nacerá el Salvador.
El color litúrgico para estos domingos es el rosa, que es un morado claro, el color del Adviento y la Cuaresma. Es decir, un domingo para la penitencia, pero atenuada, en referencia a ese regocijo que preside la liturgia de hoy. Sólo se usa este color estos dos domingos del año.