
En las manos porta un antiguo pañuelo de encaje de punto de aguja, y un rosario de azabache y filigrana de plata, ambos obras del siglo XIX procedentes de sendos anticuarios. Sobre sus sienes luce la diadema de plata sobredorada.
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Este atavío se mantendrá hasta el mes de diciembre en que vestirá los colores blanco y azul alusivos a la Fiestas de la Inmaculada Concepción y de la Navidad.
Agradecemos su dedicación a N.H.D. Manuel Segura, autor de las fotografías.